Una puerta entreabierta, un lugar de encuentro, entro en su casa y la puerta estaba abierta.
Un silencio reinaba en la casa, en el pasillo había rastro de ropa de el y de una mujer, mis pies van pisando la ropa y termino en su habitación le encuentro desnudo abrazado a ella.
No puedo creer lo que vi. La ira, el engaño, la injusticia y la indignación llenaron en mi mente.
Al dar marcha atrás, tropecé con el espejo de pie, cientos de cuchillas frías como el hielo caen al suelo. Mi rostro estaba reflejado roto en mil de pedazos como mi corazón. Una lágrima mía se desprendió de mi mejilla y se deslizo hacia el espejo roto y con el contacto se convirtió en sangre. Su cara fue la última imagen que quedo grabada en el espejo.
Pasee por el río mientras comía las trufas y la sal de mis lágrimas, observe el río quieto, silencioso, testigo de una gran decepción.
Al día siguiente, con la mente mas clara, pensé y analicé la situación, quedamos en su casa y ¿Por qué todo esto?
Le llame para decir que algo me surgió en el último momento y el contesto que no estaba en casa.
Un silencio reino, ambos sabíamos que mentíamos
Pasó el tiempo y la distancia entre nosotros creció cada vez más
Un día me di cuenta que ya no me importaba, no era nadie en mi vida, en ese momento oí el sonido de una puerta al cerrar que fue la de mi corazón.
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