miércoles, 19 de noviembre de 2008

SIRENA


SIRENA
Me levante de la cama, un dolor agudo de espalda me recordó que hoy tenia que ir a la piscina. Los médicos me dijeron que era la mejor terapia para mi espalda. Me puse unos vaqueros y una camiseta y la bolsa ya preparada con todo lo que una mujer necesita para ir a la piscina.
Fui a la piscina paseando, me tome mi tiempo en recorrer las calles de mi ciudad ya no son tan conocidas por mí, como con el paso de tiempo han cambiado no sé si es la ciudad o mi percepción de cómo las veía antes y en la rutina de los días no me doy cuenta que las tiendas desaparecen y los edificios cambian y se rehabilitan.
Entré en la piscina me fui al vestuario de las señoras no había nadie conocido, la verdad que tampoco tenia ganas de encontrarme a nadie. Me puse mi traje de baño negro ese tan maravilloso que disimulaba todas las imperfecciones de mi cuerpo y me hacia una figura esbelta además del gorro de baño que era obligatorio para entrar en la piscina (nunca me ha gustado los gorros son por naturaleza antiestéticos). Miré que calle esta vacía el numero 7 no estaba nada mal cerca de la orilla de la piscina, me tire de cabeza noté el contacto del agua en mi cuerpo, no me era desagradable ya que el agua era caliente mas bien templada, empezaba a nadar a brazas, metía la cabeza y la sacaba compaginando la respiración uno dos arriba uno dos arriba al la vez extendía los brazos y los atraía hacia mi cuerpo, moviendo todos los músculos del hombro y espalda.
Mientras nadaba miraba el reloj digital de la torre, señalaba 10.35, un dos arriba un dos arriba. Me acorde que ese no era el ejercicio que me recomendó el medico cuando termine un vuelta cambie de posición, empecé a nadar de espalda, note como mi cuerpo se estiraba levante un brazo lo eche para atrás el ruido con el agua hizo un ruido como si fuera un splash la misma operación con el otro brazo splash. Seguía oyendo splash mi ritmo splash decidí en no pensar en llevarme por el silencio de la piscina y como única música los alternativos splash.
En la máxima concentración pensé en que era buen momento para relajarse y no pensar, pero me vino a una imagen de en un estaque azul dentro de un bosque ¿Existía un estaque dentro de un bosque?. Había una sirena sentada en una roca observaba el reflejo de su imagen y tenía los cabellos ondulado como las olas, largo rubio, admirando su belleza. Oyó un ruido y se asustó, se tiró al estanque, se agacho para que no la viera, era un hombre que se acercaba al estanque de ojos tristes, se sentó a lado del estanque y comenzó a llorar.
La sirena desde la lejanía empezó a cantar suavemente, el hombre levanto su mirada buscando de donde venia la melodía y la descubrió no huyo como todos solo la miro.
¿Porque lloras?-pregunto la sirena.
Estoy rodeado de personas que me quieren pero estoy solo no tengo a nadie, no tengo a una mujer que me quiera como soy –le contesto.
La sirena al oír eso se metió al agua y nado una vuelta por el estanque y se acerco a él.
Encontraras a alguien, siempre hay alguien lo que pasa es que no es el momento apropiado y tal vez no estés preparado o quizás no debes de estar acompañado, deberías pensar que la soledad también puede ser buena compañera, para ser tu mismo y admitirte como eres-contesto la sirena.
Di me sirena ¿Qué haces aquí?- pregunto el hombre.
Me perdí estoy esperando las otras sirenas me lleven con ellas-contesto y se volvió a sumergirse y volvió a nadar.
El hombre estaba esperando que saliera la sirena y le dijo:
¿Estás triste, sirenita? –pregunto el hombre
No, no añoro lo que no tengo, disfruto lo que la naturaleza me ha dado,intento aprovechar todo los días-contesto la sirena.
Me gustaría que viniera conmigo, sirenita –dijo.
No es posible tengo que vivir en el agua me moriría además si me ven los otros hombres me lastimaría-le dijo mirándole a los ojos.
Eres tan dulce, alegre, me gustaría que estuvieras conmigo-dijo el hombre.
La sirena se arranco un mechón de su pelo y se lo dio, le dijo
Llevártelo contigo, no se lo des a nadie guardártelo, te protegerá tu corazón, tal vez algún día en el mar a lo lejos me verás, no te olvides de un día una sirena cruzó tu camino y la hiciste feliz.
El murmullo de los niños que entraba a clase hizo que volviera a la realidad, mire el reloj digital de la torre 10.36 marcaba, paso solo un minuto que me pareció una eternidad.
Los músculos de mi cuerpo estaban relajados había desaparecido el dolor de la espalda y tenía una sensación de bienestar y paz. Salí de la piscina me duche y me vestí, como hacia una buena mañana decidí que el viento secara mi pelo. Al salir de la piscina oía una melodía conocida por mí, me deje guiar quería saber de donde procedía esa melodía.
Al final estaba dentro del barrio de judería mi ciudad, paseaba entre callejuelas y la música procedía de una tienda de antigüedades, entre en ella, la melodía era cada vez más intensa y en frente de mi había un espejo, en ella se reflejaba mi imagen pero descubrí que en mi pelo había un mecho blanco Me acerque más al espejo y acaricie mi pelo no podía dar crédito como había aparecido ese mechón.
En ese momento oí una voz dentro de la tienda que me decía:
¿Desea algo?- buscaba al hombre que le correspondiera esa voz, una voz que me resultaba familiar, me extraño que esa tienda y la voz del hombre me era tan familiar y la sensación de que estaba en casa en mi hogar, si nunca había estado allí.
Cuando le vi sabia que le conocía de algo pero no se de que.
Estoy buscando la caja de música le dije. Sigo oyendo una melodía, esa melodía.
El señor de ojos tristes le dijo no vendemos caja de música y salió del mostrador llevaba un bastón para poder andar. La observo de cerca y sonrió.
Ella se fijo en su pierna y le dijo:
¿Qué le paso?
Tuve un accidente de coche estuve en coma dos años pero justamente hoy hace un año a las 10.35 Salí del coma, no saben los medico cómo pero sí que en mi mano había un mechón rubio. Desde ese día me empezó a interesar las antigüedades relacionadas con el mar y por esta razón abrí esta tienda
En ese momento recordé todo, la sirena, el hombre, el mechón, la melodía que era mi canto
El hombre se acerco más y le dijo en un susurro;
Te he estado esperando todo este año, para encontrar a la sirena que me devolvió la vida y hacerla feliz
Presentí en ese momento que algo había surgido entre nosotros

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