miércoles, 7 de enero de 2009

LA MUJER Y EL WHISKY

La mujer y el whisky



Aflojo el tapón de la botella de su whisky preferido; una botella llena, sin estrenar, transparente, fina y delicada como el cuerpo de esa mujer.
Su aroma me recuerda su perfume, cierro los ojos, recordando la última vez que la sentí y queriendo que ella estuviera aquí.
Vierto el liquido sobre un vaso ancho, pequeño, lleno de cubitos de hielo, los cubitos me hicieron recordar cuándo fue la última vez que visualicé otros cubitos, que estaban tendidos sobre su cuerpo y preparados a derretirse.
El sonido del licor junto con los cubitos me recordó el sonido de su voz y su risa tierna y dulce.
Me acerco el vaso a mis labios para que saborease y recuerdo cómo fueron sus labios: la misma sensación que tuve cuando la besé por primera vez. Este recuerdo perdura cada vez que mis labios están en contacto con el Whisky.
El líquido se mantiene en mi boca y suavemente entra en mi cuerpo como fue la primera vez que ella entro en el mío.
Sonrío al recordar la mujer que realmente amé y dos veces al día y todos los días hago este homenaje a ella, disfrutando a solas con una copa de Whisky y esa mujer.

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