martes, 19 de mayo de 2009

LA VIDA ANTE TODO






Se conocieron en un bar de la ciudad del agua, él un hombre galante, simpático, atractivo y amable; ella no muy guapa, inteligente y con una gran mirada seductora.

Se intercambiamos los móviles y tras un año de conversaciones telefónicas, decidieron volver a encontrarse.

Todo salió a la perfección, la cena espléndida en el mejor restaurante de la ciudad y una noche llena de pasión en un hotel con grandes comodidades.

Él se volvió a su ciudad y ella se quedó; siguió su vida repleta de obligaciones.

Pasó un mes, no se sentía muy bien, se desmayaba, náuseas, pero siempre pensaba que era el maldito stress o falta de defensas, o simplemente un enfriamiento catarral o una alergia. ¡Que sabía ella!

Una amiga le recomendó que fuera al médico. Fue sola y le explicó qué le pasaba. El médico, tranquilamente, le obligó a hacerse unos análisis de orina y sangre, ya que siempre era reacia a hacerse algo.

En la segunda visita, el médico le dijo, simplemente, que estaba bastante bien en todo. Lo que tenía era bastante normal en una persona embarazada de un mes y que sería madre para finales de mayo.

Salió de la consulta bastante más mareada de lo que entró, no podía ser, tomó precauciones, usaron el preservativo femenino, pero no tuvo la picardía de mirar si estaba roto; por lo visto ésa era la causa.

En ese momento su mundo se vino abajo, una pareja estable de toda vida, él concejal de un partido de derechas y hombre que reconoció públicamente que no podía tener descendencia. A ella la colocaba en una situación denominada muy sensible, su vida privada expuesta al público…

Un hijo, el hijo deseado y soñado, un hijo, sangre de su sangre, estaba en sus entrañas.

La opción más fácil era abortar, estaría en uno de los tres casos; quería recordar en cual de los tres entraría: - evitar un grave peligro para la salud física o psíquica; - de violación; - y el feto que fuese a nacer con graves taras físicas o psíquicas (dentro de las veintidós primeras semanas de gestación).

Siempre defendió el aborto libre: el derecho de una mujer a hacer con su vida lo que quisiera, que no hubiera una ley que lo prohibiera, ni tampoco que hubiera que someterse a un aborto en clínicas clandestinas, jugándose la vida.

Las mujeres tienen derecho a elegir libremente, teoría, teoría, pero ella ¿qué haría?, un hijo en camino, ¿cuál sería su decisión?

Se fue a casa, se metió en la cama y empezó a pensar cómo sería tener un hijo, una alegría, una responsabilidad… ¿Por qué no?

Siguió con su vida, pero sentía que dentro de ella todo había cambiado; algo nuevo, una vida que crece pero a cambio de esa alegría tenia un pesar, como una losa encima, el dilema de qué hacer: enfrentarse a un escándalo o simplemente silenciar algo que aún no sabe si debiera haber hecho o no, pero el resultado era un hijo.

Volvió a meditar y pensó que cuando naciera vería sus ojos y todo sería recompensado. En ese momento tomó una decisión.

Fue al abogado de la familia, le pidió tramitar un divorcio Express que fuera lo menos escandaloso posible. Ese mismo día buscó un piso de alquiler, llamó al móvil de su marido que siempre estaba reunido, malditas reuniones pensó, y le dejó un mensaje: cenamos fuera de casa.

En la cena, nada más empezar, le dijo: estoy embarazada, ya he empezado el trámite de divorcio y esta noche no duermo en casa.

Salió del restaurante con un gran dolor en el pecho por dejar tantos años de matrimonio, pero una gran alegría por tener un hijo del hombre que una noche amó.

1 comentario:

wallander dijo...

Oh Mapi,luz del marino perdido, tú tan feminista, olvidas a Él,quien ayudó a Ella. Respeto y comparto, lo sabes de sobra, tus opiniones e ideas sobre ese tema tan candente y discutido. ¿Puedo añadir un par de frases al final? Me dejas, ¿verdad?.
Él, no se sabe cómo, se enteró del embarazo de ella e investigó. Un día se presentó en casa de ella y le dijo : Yo también quiero asumir las responsabilidades de hacer de nuestro/a hijo/a una persona adulta,¿me permites compartir?, A fin de cuentas fue una historia de amor. ¿no te parece?
No sé qué pensarás, pero me parace muy bonito y amoroso... PERDONA. Un beso